Recientemente, el Científico Jefe de IA de Meta, Yann LeCun, criticó públicamente las políticas de equidad de OpenAI, desatando un gran debate en la industria de la inteligencia artificial. Los comentarios de LeCun, valorando sarcásticamente a OpenAI en un exagerado “42 sextillones de dólares”, destacaron la naturaleza restrictiva e irrealista de los contratos laborales de la empresa. Esta crítica llamó la atención sobre problemas más amplios relacionados con los derechos de los empleados y la gestión de la equidad.
Las Críticas de LeCun Resuenan en OpenAI
Las críticas de LeCun se centraron en varios aspectos problemáticos de las políticas de OpenAI. Estos problemas incluían cláusulas estrictas de no divulgación y no desprestigio que impedían a los empleados hablar negativamente de la empresa o compartir información sensible. Además, las disposiciones de recuperación de derechos permitían a la empresa reclamar acciones de los empleados bajo ciertas condiciones. Estas medidas plantearon serias preocupaciones sobre la equidad y transparencia del enfoque de OpenAI para manejar la equidad de los empleados, particularmente la libertad para disponer de acciones.
Las controversias en torno a las políticas de OpenAI salieron a la luz tras el periodismo de investigación. La reacción pública obligó a OpenAI a reconsiderar su postura, lo que llevó a revisiones significativas de las políticas. El CEO de OpenAI, Sam Altman, y otros altos ejecutivos tuvieron que abordar directamente estas preocupaciones con sus empleados, reconociendo la naturaleza problemática de las políticas anteriores.
OpenAI Responde a las Críticas
En respuesta a las críticas, OpenAI tomó medidas para realizar cambios significativos en sus contratos laborales. La empresa eliminó las polémicas cláusulas de no divulgación y no desprestigio, asegurando que los ex empleados ya no estarían restringidos por estos términos. Este movimiento fue parte de un esfuerzo más amplio para restaurar la confianza y demostrar un compromiso con la equidad y la transparencia. OpenAI también reafirmó su política que permite a los ex empleados vender sus acciones a valor de mercado, independientemente de su relación actual con la empresa.
A pesar de estos cambios, persiste el escepticismo entre algunos ex empleados y observadores de la industria. Los críticos argumentan que, si bien estas revisiones son necesarias, pueden no abordar completamente los problemas de transparencia y equidad dentro de OpenAI. El ex empleado Jacob Hilton, entre otros, continúa cuestionando el compromiso de la empresa con mantener prácticas justas y abiertas.