Datos recientes indican que aproximadamente la mitad de los fondos de cobertura tradicionales han comenzado a invertir en criptoactivos. Este aumento coincidió con regulaciones más claras, particularmente con nuevos ETF, ETP y fideicomisos que abren canales de inversión más seguros.
Inversiones en Cripto de Fondos de Cobertura
Según un nuevo informe publicado por Bloomberg, una encuesta reciente reveló que el 47% de los fondos de cobertura están expuestos a criptoactivos. Esta cifra ha aumentado desde el 29% en 2023 y el 37% en 2022.
La encuesta también encontró que el 67% de esos fondos de cobertura ya invertidos en cripto planean mantener sus niveles actuales de inversión, mientras que otros están considerando comprar más.
“Los hallazgos del informe de este año muestran una recuperación constante de la confianza desde el año pasado. La claridad regulatoria que emerge a nivel mundial ciertamente mejora la confianza en esta clase de activos.” – James Delaney, Dirección de Regulación de Gestión de Activos de AIMA
Sin embargo, el 76% de los gestores de fondos de cobertura que aún no han invertido indicaron que no planean hacer tales inversiones en los próximos tres años. Esta cifra fue del 54% en 2023.
Perspectiva sobre los ETFs de Bitcoin
Además, el 66% de los fondos de cobertura tradicionales encuestados informaron que no planean incorporar fondos cotizados en bolsa de Bitcoin (BTC) en sus estrategias. La encuesta, realizada en marzo, cuestionó a 100 fondos de cobertura, de los cuales el 42% invierte en activos tradicionales.
Aparte de los miles de millones de dólares en volumen en el canal de ETF, servicios como Prime permiten a las empresas institucionales diversificar sus reservas con criptomonedas. Dado que se anticipan fluctuaciones positivas en los mercados de riesgo durante el próximo año debido a la expansión monetaria, muchos son optimistas sobre lograr los mejores rendimientos en cripto.
En conclusión, el creciente interés de los fondos de cobertura tradicionales en criptoactivos destaca un posible cambio en la percepción de los activos digitales en los mercados financieros, impulsado por la disminución de las incertidumbres regulatorias.