El 10 de abril de 2025, China anunció oficialmente un asombroso arancel del 84% sobre todas las importaciones de Estados Unidos. Esta decisión se considera una respuesta directa al reciente aumento de aranceles impuesto por EE. UU. a los productos chinos un día antes. Los funcionarios chinos argumentan que esta medida es un paso necesario alineado con los intereses nacionales y los principios del comercio internacional. El desarrollo ha intensificado las tensiones en el entorno comercial global, creando una atmósfera de incertidumbre en los mercados.
Aumento de Tensiones Comerciales
Según el Ministerio de Finanzas de China, el alto impuesto de importación sobre EE. UU. se considera una contramedida al aumento arancelario de la administración estadounidense el 9 de abril. El aumento de una tasa impositiva previa del 34% al 84% provocó una fuerte reacción de Beijing. El arancel recíproco a la misma tasa significa una nueva fase en las prolongadas tensiones comerciales entre los dos países.
Esta decisión arancelaria se percibe no solo como una medida económica sino también como una declaración política. La Comisión de Aranceles del Consejo de Estado de China caracterizó las acciones de Washington como “acoso económico” y “unilateralismo”, advirtiendo sobre violaciones de las reglas del comercio global. La Comisión enfatizó que Beijing está ejerciendo su derecho a la defensa legítima bajo leyes nacionales y principios internacionales.
Perspectiva Cautelosa en los Mercados Internacionales
La decisión de represalia de China está ejerciendo presión sobre los mercados, particularmente en un momento en que las redes comerciales globales se están volviendo cada vez más frágiles. Las crecientes incertidumbres en el comercio han reducido el apetito por el riesgo entre los inversores, llevando a caídas, especialmente en el mercado de . Los expertos advierten que tales aumentos arancelarios recíprocos amenazan no solo las relaciones bilaterales sino también el equilibrio de la economía global.
Si las restricciones comerciales persisten, pueden ocurrir fluctuaciones en numerosos sectores en todo el mundo, desde los precios de las materias primas hasta las cadenas de suministro. La llamada de China a Washington es digna de mención: la administración de Beijing instó a EE. UU. a abandonar las prácticas unilaterales y regresar a la mesa de negociaciones. Este llamado podría señalar el inicio de un nuevo proceso diplomático.
Las acciones tomadas por ambas partes parecen estar preparadas para moldear no solo los equilibrios económicos actuales sino también las políticas comerciales futuras. Notablemente, tales maniobras de alta tensión entre EE. UU. y China pueden impulsar un mayor interés en vehículos de inversión alternativos como las a largo plazo.