Los rumores sobre la adquisición de Circle por parte de Ripple fueron directamente desmentidos por el CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, durante una sesión cerrada en Las Vegas. Esta declaración invalidó la especulación iniciada por Bloomberg en abril, que incluía discusiones sobre la posible participación de Coinbase. La declaración de Garlinghouse al Profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown, Chris Brummer, aclaró, “Ripple nunca consideró comprar Circle.” Circle también disipó cualquier incertidumbre al afirmar, “no estamos en venta,” descartando así del programa el escenario esperado de fusión de mil millones de dólares en el ecosistema cripto. Con los rumores invalidados, los inversores cambiaron su enfoque hacia los planes de crecimiento independiente de ambas compañías.
Revelando la Verdad Detrás de los Rumores de Adquisición
La noción de un acuerdo entre Ripple y Circle se originó con un artículo de Bloomberg en abril de 2025, que afirmaba “Ripple hizo una oferta a Circle.” Los analistas de la industria en ese momento veían esta posible adquisición como un salto estratégico para mejorar la influencia de Ripple en los phaces basados en criptomonedas. Sin embargo, los comentarios de Garlinghouse revelaron que tal intención nunca existió. En el evento, el Profesor Brummer transmitió, “Brad fue claro—Ripple no participó en conversaciones de adquisición con Circle,” lo cual resonó ampliamente en los medios cripto. Recientemente, los titulares también estuvieron salpicados de rumores sobre la participación de Coinbase, a lo que Circle respondió afirmando, “No hay venta en nuestra agenda,” cerrando efectivamente la puerta a tales especulaciones. Esto dejó a la posible cadena de adquisiciones—Ripple, Coinbase y Circle—como meramente un escenario sobre el papel, reforzando la importancia de un enfoque cauteloso hacia informes no verificados en el mercado.
A pesar de los rumores de adquisición, los preparativos de Circle para una oferta pública continuaron sin interrupción. La empresa planea ofrecer 32 millones de acciones con el símbolo CRCL en la Bolsa de Valores de Nueva York, apuntando a un rango de precios de $27-$28 por acción, lo que equivale a una valoración de mercado de $7.2 mil millones. Circle mantiene una posición fuerte en el mercado de stablecoins con su USDC, adhiriéndose a estrictas regulaciones financieras de los EE.UU. y manteniendo un suministro de 61.5 mil millones de dólares. A través de las ganancias de la oferta pública, Circle planea fortalecer su estructura de reservas y expandir sus licencias globales en medio del nuevo entorno regulatorio.
Las Ambiciones de OPI de Circle y la Rivalidad del Mercado
Mientras tanto, Ripple parece centrarse en profundizar su papel como un “proveedor de infraestructura que conecta la criptomoneda y las finanzas tradicionales.” Su adquisición de la red de crédito Hidden Road por $1.25 mil millones en abril de 2025 expandió el rango de liquidez de la compañía. Posteriormente, Ripple ingresó al mercado de stablecoins lanzando RLUSD, ligado al dólar estadounidense. Aunque el volumen de RLUSD de $310 millones aún no iguala al USDC, Ripple está intentando diferenciarse en la competencia explorando aplicaciones como la tokenización de bienes raíces en los Emiratos Árabes Unidos.
A medida que la competencia en el segmento de stablecoins se intensifica, la carrera entre las empresas por la escala y la reputación se refleja en una competencia más estricta en torno al cumplimiento regulatorio. Con la fortaleza de capital que se espera de su OPI, Circle promete transparencia total de reservas en cumplimiento con las regulaciones en los EE.UU. y Europa. En contraste, Ripple apunta a ganar participación de mercado para RLUSD al enfatizar la velocidad, el costo y la claridad legal en los corredores de phaces globales. Los analistas coinciden en que la confianza en las criptomonedas que afirman tener “estabilidad en valor” se mantendrá mediante una combinación de gestión de reservas y aprobación regulatoria. Los distintos caminos de crecimiento elegidos por Circle y Ripple apuntan a un escenario competitivo más rico que una única adquisición, lo que lleva a los inversores a ajustar sus estrategias de cartera en consecuencia.