La Ley Nacional de Orientación y Construcción de Instituciones para Stablecoins de 2025 (Ley GENIUS), aprobada por 66 votos a favor y 32 en contra, marca un paso significativo hacia una regulación federal integral de
Dinámica de Votación en el Senado
El proyecto de ley inicialmente enfrentó críticas por supuestamente conceder inmunidad a la stablecoin USD1 de la Fundación Libertad Mundial respaldada por Trump. El senador demócrata John Smith argumentó que alinear la legislación nacional con los intereses comerciales de un ex presidente perjudicaría la conciencia pública y solicitó cambios. Sin embargo, la mayoría republicana enfatizó que la innovación en el sector privado no debe caer presa de debates políticos. El borrador final incluyó una cláusula que requiere la divulgación de inversiones directas o indirectas en stablecoins por parte de miembros de la Casa Blanca y el Congreso para evitar conflictos de intereses, inclinando así el equilibrio.
En la segunda votación procedimental el lunes por la noche, cinco demócratas que inicialmente se “abstuvieron” votaron a favor, superando así el umbral de 60 votos. La presidenta del Comité de Finanzas del Senado, Emily Johnson, abogó por el consenso bipartidista, afirmando que establecer normas era más prudente que penalizar productos financieros complejos individualmente. La Casa Blanca apoyó implícitamente el proyecto a través de un informe preparado, aunque se anticipa que enfrentará nuevas objeciones a medida que avance por la Cámara de Representantes en las próximas semanas.
Implicaciones del Nuevo Marco para el Sector
La Ley GENIUS limita la emisión de stablecoins a instituciones con licencia bancaria y requiere que los activos de reserva sean 100% en efectivo o bonos del Tesoro. El Departamento del Tesoro de EE. UU. manejará auditorías anuales, y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) tendrá autoridad de protección al consumidor, poniendo fin a la era de regulaciones estatales fragmentadas. Según los analistas, los fondos internacionales que ingresen al mercado de stablecoins con licencia en EE. UU. podrían aumentar la liquidez y reducir los costos de transacción.
Los críticos argumentan que puede tomar años para que las compañías tecnológicas obtengan licencias similares a las bancarias, planteando el riesgo de que se dejen de lado emprendimientos innovadores. Por otro lado, la claridad regulatoria puede reducir la indecisión entre las grandes instituciones. Un informe de MacroSight, una firma de investigación de activos digitales con sede en Nueva York, predice que “la certeza legal podría duplicar el volumen de operaciones de stablecoins en 18 meses”. Sin embargo, las comunidades enfocadas en la privacidad advierten que, si bien la transparencia de las reservas es necesaria para la rendición de cuentas, podría llevar a una burocracia excesiva. El cronograma de implementación se extenderá durante los 12 meses posteriores a la aprobación, con un proceso de transición gradual que requerirá que las emisiones existentes obtengan una nueva licencia.
Tras la aprobación del Senado, los actores del mercado ya han comenzado a evaluar modelos de negocio y costos de cumplimiento. Las plataformas globales están particularmente debatiendo cómo los nuevos tipos de licencias podrían ofrecer ventajas sobre el acceso sin pasaporte. La fortaleza de las reservas de América y su centralidad financiera parecen estar atrayendo proyectos de stablecoin a un ecosistema regulatorio centrado en Washington.