La reciente victoria electoral de Donald Trump reaviva las discusiones sobre el establecimiento de una reserva estratégica de Bitcoin en los Estados Unidos. Esta propuesta sigue sin implementarse, pero suscita curiosidad sobre sus posibles implicaciones y funcionalidades si se lleva a cabo.
La Perspectiva de Anthony Pompliano
Anthony Pompliano, fundador y CEO de Professional Capital Management, enfatiza que crear una reserva de Bitcoin es una necesidad estratégica para los EE. UU. Notablemente, países como El Salvador y Bután ya han incorporado Bitcoin en sus reservas nacionales.
“Este activo (Bitcoin) es tan asimétrico que si continúa creciendo, añadirá miles de millones a los balances de EE. UU. junto con el aumento de las deudas nacionales,” dijo Pompliano.
La naturaleza descentralizada y la escasez de Bitcoin podrían mejorar la resiliencia financiera de los EE. UU. durante períodos de estabilidad económica. Pompliano aboga por el creciente reconocimiento de Bitcoin como oro digital y su adopción por naciones que buscan soberanía financiera.
El Escepticismo de Michael Novogratz
Michael Novogratz, CEO de Galaxy Digital, expresa dudas sobre la probabilidad de que se establezca una reserva de Bitcoin bajo la administración de Trump. Sin embargo, señala que tal movimiento podría aumentar significativamente el precio de Bitcoin.
“Bitcoin se dirige hacia los $500,000. Esto atraerá a todos los demás países a un paradigma diferente,” dijo Novogratz.
Mientras Bitcoin se cotiza alrededor de $90,291, Pompliano y sus partidarios argumentan por el papel central de Bitcoin en la estrategia económica de EE. UU. Insiste en que establecer una reserva estratégica de Bitcoin tendría un impacto sustancial en el panorama financiero global.
En conclusión, el plan de Trump para una reserva de Bitcoin incita opiniones variadas entre los expertos, provocando debates significativos sobre el papel de Bitcoin en las estrategias económicas nacionales.