Muchos países aceleran sus esfuerzos de Moneda Digital de Banco Central (CBDC) para aprovechar las ventajas de la tecnología blockchain. Más allá de los pasos dados por gigantes de billones de dólares en la tokenización de activos, los gobiernos están moviendo monedas fiduciarias a la blockchain. ¿Cuál es el estado actual en Turquía?
Lira Turca Digital
El Banco Central de la República de Turquía ha completado la primera fase de su proyecto de CBDC y ha compartido los detalles. La Lira Digital, un paso significativo hacia la integración en la economía digital, continuará su segunda fase de trabajo en 2025.
La CBDC es vital para una versión digital segura del efectivo más allá del dinero físico. Aquí, el Banco Central está realizando investigaciones para contribuir a la economía aumentando la eficiencia y la velocidad mientras reduce costos. A lo largo del próximo año, las pruebas piloto continuarán, abordando varios casos de uso, contratos y riesgos asociados con la moneda programable.
Este proceso, apoyado por socios estratégicos líderes como ASELSAN, HAVELSAN y TÜBITAK, incluye trabajos en billeteras digitales y aplicaciones de identidad.
CBDC y Riesgos
Las vulnerabilidades del dinero físico, particularmente en lo que respecta al lavado de dinero y la evasión fiscal, ya son conocidas. Además, en un entorno inflacionario, hemos visto días en que el valor de las monedas superó su valor en materia prima. Las personas han vendido monedas a chatarreros, obteniendo cantidades mayores que su valor intrínseco.
A pesar de las ventajas de la Lira Digital, el tema de la vigilancia constante es desconcertante. Tras el lanzamiento del yuan digital por parte de China, senadores estadounidenses argumentaron que los atletas no deberían usarlo durante las competiciones en China, afirmando que la vigilancia continua viola la privacidad.
Países como EE.UU. han reaccionado fuertemente contra la incomodidad asociada con la “vigilancia constante” que trae la CBDC. Incluso Trump prometió no tomar medidas respecto a la CBDC. Aunque la programabilidad del dinero suena atractiva, los riesgos de la monitorización constante de activos, la fácil incautación, las restricciones de transferencia y las limitaciones de gasto basadas en condiciones son preocupantes.